por: Colin Walker
Traducido por ; Sc. Julio Andrés Vargas A.D.F.
Bogotá, Colombia
Nota del Autor: Lamento la demora en esta entrega pero ya es un hecho y seguiré muy juiciosamente en el labor de contar la historia del Roverismo y de algunos de sus memorables actos de valentía y de servicio.
Zarza de Plata |
Baden-Powell
al principio se opuso a las insignias para los rover. Al fin al cabo no eran
muchachos sino hombres hechos y derechos. Cuando se le pregunto qué cosa es lo
que los rover deberían portar como símbolo de haber cumplido con las
condiciones para la insignia de excursionista, que se otorgaba después de una
caminata de cien millas a pie o un viaje de 400 millas en cicla o en bote
soportado en un registro escrito de muy alto nivel, el Jefe sugirió que el
exitoso rover podría arrancar una zarza trepadora y ponerla en su sombrero! Y
por un tiempo eso fue exactamente lo que pasó. Por supuesto, el Fundador estaba
en lo cierto, los hombres hechos y derechos no deberían portar insignias para
mostrar sus logros.
Zarza en tela |
Pero no era este el mismo BP que sugirió a sus oficiales que pagarles a los soldados cuando mejoraban el desempeño en tiro al blanco cuando estaba muy por debajo de lo que debía, era un desperdicio de
dinero. El mismo BP que acertó y logró obtener los resultados que requería en
tiro al blanco, dentro de su regimiento, al instaurar el uso de insignias para
premiar a los hombres que alcanzaban el nivel requerido. Los hombres no
necesitaban ni insignias, ni “ollas” (el orgulloso ganador de la Copa Kadir por
la caza de cerdo con lanza) como les decía desdeñosamente BP a las copas y a
los trofeos, pero los humanos si. Fue así como el pedazo de brezo o zarza dio paso, en 1923,
a una réplica de plata que se llevaba en el hombro que a su turno fue
reemplazada por una de tela que también se llevaba en el hombro.
Insignia de Hombro |
La hombrera derecha se utilizó para llevar la insignia de
proyecto entre 1953 y 1964, y
esta tenía los mismos requisitos que la insignia de progresión que se entregó
entre 1932 y 1953 y que después se convirtió en un cordón que llegaba al
bolsillo derecho. Sin embargo la más deseable de todas las insignias era el
galardón de BP, el premio mayor del roverismo que era otorgado una vez el rover
recibía la insignia de excursionista, la insignia de proyecto, la estrella de
servicio, que se entregaba después de cumplir seis meses de servicio en una
sección diferente del movimiento, la estrella de artesano scout que se recibía
después de la estrella de servicio y una vez se aprobara el curso de
entrenamiento básico.
Insignia de la Reina |
Pero
los rover también portaban las insignias que habían ganado durante su vida en
la sección scout, que eran un poco diferentes a la original. La insignia de
pietierno, por ejemplo, que se utilizó antes de 1958 que tenía las palabras
“Rover Scout”. La insignia de Primera Clase hecha en fieltro rojo (que se dejó
de usar antes de 1930) y por supuesto la insignia Scout Del Rey agregada con
las palabras “Rover Scout” cuya primera versión tenía un borde rojo. También
estaban las insignias de interprete e instructor rover y por supuesto, estaban
las insignias del sombrero, aquellas de la solapa y claro está el cinturón del
hombre de los arbustos que era un requisito para ser un Scout del Rey y que
podía portarse tal y como se había entregado.
Insignia Rover Scout del Rey |
Lejos de tener menos insignias que las de los miembros de
las tropas, se debe decir que un rover bien calificado tenía más insignias en
su uniforme que el joven scout de entre 13 y 14 años en la búsqueda de la
insignia de primera clase.
Las Rangers
Ningún artículo de roverismo debe fallar en mencionar a
las Ranger, la sección equivalente en el movimiento de las Guías Scout. Ellas
tenían una historia similar a la de los rover pues se formaron de la sección
anterior de las guías mayores, en 1920. Para 1929 la palabra clave en ambas
secciones era “Co-operación”, la señorita Phyllis Bond guía mayor de las ranger
publicó un artículo en el periódico “La Guiadora” y que luego fue reproducido
en la edición de Marzo de 1929 de la
Gaceta del Cuartel General. La señorita Bond no anduvo por las ramas al
destacar la atracción de los Rover por las Rangers e incluso fue tan lejos para
mencionar que si bien algunos Rovers podrían preferir la compañía de una Ranger
solitaria en un camino rural, la mayoría se sentía muy feliz de participar en
actividades mixtas. Se hicieron muchas sugerencias a este propósito, desde
debates conjuntos hasta el apoyo de los campamentos de verano para conseguir
dinero para niños. Sin importar cuantas bromas podamos hacer hoy al respecto,
se debe recordar que después de la sangrienta carnicería acontecida entre 1914
y 1918 había una verdadera escasez de jóvenes elegibles. La misma Guia Mayor
comentó que había una posibilidad real que las organizaciones de mujeres
jóvenes que no tenían nexos con el sexo opuesto podrían convertirse en una
triste acumulación de solteronas.
No existe ninguna duda sobre los nexos establecidos los Rover y las Ranger! Esta alianza de co-operación empezó a ser reconocida como
“La Agencia Matrimonial de BP” y el número de matrimonios que llevaron a
dinastías y familias scout es innumerable.